Llegamos ahí casi por coincidencia, nunca pensamos en la posibilidad de ser recibidos en un templo budista, ni mucho menos
El tercer día después de una movida mañana en el restaurant, tuvimos la suerte que Hozui nos invitara al templo y nos diera unas pequeñas clases de caligrafía japonesa. Nos dijo que nos sentáramos en